Es bastante difícil hoy en día entender algunas propuestas políticas que reivindican a la
última dictadura cívico militar argentina. Algunos/as se preguntan que pasa con este resurgir
de la derecha a nivel mundial y especialmente en Argentina.
La respuesta si bien no es sencilla, claramente requiere una mirada general y no sesgada.
Una primera aproximación aparece como más nítida. La derecha neoliberal conservadora
nunca se fue de ningún lado. Siempre estuvo presente en argentina. El advenimiento de la
democracia en Argentina a partir del año 1983 nunca superó a aquellos sectores políticos,
económicos y militares que se beneficiaron e impusieron con toda violencia física sus
políticas y su modelo neoliberal. Siempre estuvieron “volviendo” aunque en realidad nunca
se fueron.
El primer golpe económico se lo dieron a el presidente Raúl Alfonsín con la hiperinflación. El
segundo con las políticas neoliberales y vende patria del menemismo. Ya hacia el 2001
habían endeudado al país hasta límites insospechados. Con Macri dijeron presente y
nuevamente la bicicleta financiera, el endeudamiento como así también el negacionismo.
Ahora nos volvemos encontrar con estos mismos sectores que una vez más vuelven con un
discurso mucho más virulento. Con odio y desprecio al que no piensa como ellos. Ya no se
ocultan con discursos mediados por el cuidado al rechazo. Ahora se muestran abiertamente
tal como son. Promoviendo el regreso a los crímenes de estado que sus propios padres y
parientes cometieron.
Desde Historias Desobedientes, familiares de genocidas por la Memoria, la Verdad y la
Justicia desde hace más de seis años comenzamos a organizarnos y a manifestar
públicamente nuestros testimonios. Uno de nuestros objetivos es poder incorporar a la
construcción social reflexiones acerca de cuáles son las consecuencias que los crímenes de
Estado generan al interior de la propia familia de los genocidas y ayudar a generar
anticuerpos en la sociedad para que Nunca Más vuelva a ocurrir.
En este contexto podemos afirmar que Victoria Villarruel es una hija obediente del
genocidio, que obedece los mandatos filiatorios de lealtad familiar que perpetúan el silencio
y justifican los crímenes. Tan grave como eso, es que desde su posición dirigencial promueva
políticas de odio que pueden resultar en hechos dramáticos en el futuro inmediato.
En Historias Desobedientes afirmamos que los familiares de genocidas, como parte de una
sociedad comprometida con los Derechos Humanos, tenemos la responsabilidad social y el
deber ético de repudiar los crímenes de lesa humanidad que han cometido nuestros
familiares. Nuestra existencia es posible gracias a una construcción social que entiende que
el Estado debe proteger y garantizar los Derechos Humanos y no violarlos.
Nuestros familiares – muchos de ellos juzgados y condenados-, torturaron, secuestraron,
asesinaron y desaparecieron personas, también se han apropiado de cientos de bebés a
quienes las Abuelas siguen buscando.
A pesar de nuestros reiterados pedidos, nuestros familiares siguen manteniendo el pacto de
silencio acerca del destino de los desaparecidos y de los bebés nacidos en cautiverio. La
sociedad argentina sigue preguntando ¿Dónde están?
El posicionamiento personal, político y público de la actual candidata a Vicepresidenta por la
Libertad Avanza defendiendo a los genocidas y justificando los crímenes cometidos deja en
evidencia el negacionismo que sigue presente en una parte de nuestra sociedad.
Javier Vaca
Magister en Ciencia Política
Miembro del Colectivo Historias Desobedientes