
Irónico y punzante, expone la hipocresía en el discurso de género del gremialista.
Desde la gestión municipal manifestaron una profunda preocupación y repudiaron los hechos de violencia institucional, política y sindical encabezados por el secretario general de ATE Santa Cruz, Carlos Garzón, quien una vez más se ha mostrado dispuesto a cruzar límites inadmisibles en democracia.
En un claro intento de avasallar la institucionalidad local y hostigar a la intendenta Zulma Neira, Garzón ha impulsado acciones de presión y violencia que contradicen de manera flagrante los principios de igualdad, respeto y lucha contra el machismo que el propio sindicato dice defender.
En un video que circula públicamente se puede observar cómo Garzón se esconde detrás de mujeres que ejercen actos de violencia y hostigamiento contra funcionarias municipales, intentando escudarse detrás del discurso de género mientras despliega una estrategia de desestabilización que no hace más que vulnerar derechos y generar un clima social tenso e injusto para toda la comunidad.
Es importante poner en contexto que este reclamo se da en medio de un severo recorte nacional en materia de regalías y coparticipación, lo que afecta directamente las finanzas de todos los municipios de la provincia.
Además, desde el inicio de esta gestión se viene realizando un profundo reordenamiento administrativo, tras recibir un municipio con desmanejo y desorden. Esta tarea de reconstrucción y transparencia también ha tocado intereses que hoy, a todas luces, intentan poner piedras en el camino.
La intendenta desmiente categóricamente cualquier insulto a trabajadores municipales, y remarca que la policía intervino para garantizar el orden público e institucional ante un atropello inaceptable a las autoridades. Como bien dijo Neira: “Nadie empujó a nadie ni desde el municipio se insultó a nadie”.
Lo más grave es que Garzón ha llegado a declarar en el Concejo Deliberante que, «vamos a tomar medidas mas duras y mas drásticas», “si tiene que sitiar el pueblo, lo va a hacer”, un nivel de violencia discursiva que no solo atenta contra la democracia, sino que pretende infundir miedo en los vecinos y vecinas, muchos de los cuales ni siquiera forman parte del empleo público.
Dejando en claro que NO pide dialogo que solo amenaza para generar presión sobre la situación.
Este accionar busca claramente desestabilizar una gestión que no responde a los viejos acuerdos de poder, aquellos que durante años se mantuvieron en silencio cuando gobernaban “los amigos”. Ahora que hay una conducción diferente, que representa a la comunidad y no a intereses personales, parece que algunos no toleran perder sus privilegios.
Y no podemos dejar de señalar una tremenda contradicción: ATE, que hace apenas días realizó una actividad para organizar el 3J en el marco de la consigna “Ni Una Menos”, hoy borra con el codo lo que firmó con la mano, dejando en evidencia que su discurso antimachista es sólo un eslogan cuando los intereses personales están en juego.
Zulma Neira gobierna con respeto, escucha activa y compromiso con su pueblo. Y seguirá haciéndolo, pese a quienes buscan sembrar caos y violencia desde el aparato sindical o desde las sombras.
Porque la violencia no se combate con más violencia.
Porque la institucionalidad se defiende con trabajo y convicción.
Y porque la democracia se construye con respeto, no con amenazas.