El Ballet Internacional de Santa Cruz está viviendo un sueño en Corea del Sur. Desde su llegada a la Isla de Jeju, los bailarines santacruceños han cautivado al público con su pasión y energía. «Cada momento se disfruta muchísimo», asegura Daniel Uribe, director del ballet, «es un crecimiento artístico para cada uno de nosotros».
El ballet ha realizado ya tres presentaciones en el marco del 33° Festival Corea Dance, conmoviendo al público con su repertorio de danzas argentinas: tango, malambo, altiplano, chamamé, boleadoras y bombo. «Argentina tiene la suerte de tener una riqueza cultural muy grande», destaca Uribe, «y la respuesta del público ha sido increíble, especialmente por las boleadoras y el bombo». También agradeció a todas las familias de los bailarines y quienes apoyan en cada instancia local, nacional e internacional.
La gira, que comenzó en la Isla de Jeju, continuará la próxima semana en Seúl, donde se presentarán en dos festivales. La última etapa de la gira será en la segunda ciudad más importante de Corea del Sur, donde se realiza la competencia mundial con alrededor de 60 países. «Es un sueño que estamos viviendo», confiesa Uribe, «nos estamos preparando para dar lo mejor de nosotros». El Festival Corea Dance, que este año celebra su 33ª edición, es un evento de talla internacional que reúne a bailarines y compañías de danza de todo el mundo.
En esta edición en la que Santa Cruz dice presente, participan más de 60 países, presentando una amplia gama de géneros, desde la danza tradicional hasta la contemporánea, pasando por el ballet clásico, la danza folclórica y la fusión de estilos. Durante los 10 días que dura el festival, se realizan espectáculos, talleres, conferencias y exposiciones, convirtiendo a Corea del Sur en un epicentro de la danza mundial. La iniciativa, que nació con la intención de promover el intercambio cultural y el desarrollo de la danza en Corea, se ha convertido en una plataforma de encuentro para artistas de todos los rincones del planeta, permitiendo la creación de nuevas sinergias y la difusión de la danza como lenguaje universal.
El ballet folklorico está conformado por bailarines de localidades de Santa Cruz, que han dejado todo para vivir esta experiencia única. «El esfuerzo que se hace de parte de cada una de las familias es tremendo», comenta Uribe, «disfrutamos cada momento, queremos que nuestros jóvenes puedan vivir esta experiencia que nosotros hemos tenido la fortuna de vivir en más de 40 países». El Ballet Folkloricode Santa Cruz es un ejemplo de cómo la pasión por la danza puede traspasar fronteras y llevar la cultura argentina al mundo.
Por: Constanza Ryan