
Desde hace 76 años, celebraremos nuestro día, ocasión en que se conmemora la creación en 1948 de la Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza (FATLyF) y la firma del primer Convenio Colectivo de carácter nacional, concretada también un 13 de julio, pero de 1949. En esta ocasión, se instaura el “Día del Trabajador de la Electricidad”, una jornada cargada de significado que nos obliga a volver sobre nuestra historia y especialmente sobre la de muchísimos compañeros que a lo largo de todos estos años forjaron y mantuvieron intactos nuestros valores, nuestras banderas y nuestros derechos.
Transitamos un grave momento como país y como sociedad.
Un gobierno nacional que, en nombre de una mal entendida “libertad de mercado”, implementa un ajuste brutal que sufren especialmente los sectores de menores ingresos, las clases medias asalariadas, jubilados y pensionados.
Precios liberados en alimentos, en medicamentos, en energía y en los servicios esenciales y salarios disminuidos en su poder de compra. Paritarias intervenidas por el ministro de Economía que impide la adecuada actualización de los salarios; recesión y aumentos incesantes que generan caída en los niveles de actividad económica y los índices de consumo básicos, que —en la práctica— representan una fenomenal transferencia de recursos hacia los sectores más concentrados y privilegiados de la economía.
Es en estos momentos cuando nuestra unidad se vuelve más esencial que nunca. La fuerza de nuestro sindicato reside en la convicción, en la solidaridad que nos une y en la firmeza con la que defendemos nuestros derechos. No podemos permitir que las dificultades actuales fragmenten nuestra determinación, ni erosionen nuestra esperanza en un futuro más justo.
El camino hacia adelante requiere un compromiso y trabajo conjunto.
No debemos olvidar que cada avance en las condiciones laborales que hemos conquistado a lo largo de los años ha sido fruto de la negociación colectiva y del esfuerzo coordinado de todos nosotros. La historia nos enseña que la unión y la solidaridad son el camino para garantizar nuestros derechos, por delante tenemos un gobierno sin diálogo social, que sólo se vincula con los representantes de intereses amigos, que agrede y deshecha a los trabajadores y a sus organizaciones, menosprecia a los jubilados y pensionados que no pueden esperar, se desentiende de la atención de los más vulnerables, discrimina a las y los hacedores de la economía popular, desfinancia la salud pública, la educación pública, la ciencia, la tecnología y la cultura, mientras se deteriora
gradualmente el valor capital de las pequeñas y medianas empresas y comercios, profundizando así el grave cuadro de pobreza estructural e indigencia que devasta nuestra comunidad.
La restitución del impuesto a las ganancias, como la limitación del rol de las organizaciones gremiales y el freno a determinadas medidas de fuerza nos anticipan que aún se vienen más medidas que claramente serán en contra de los trabajadores. Es por ello que en estos tiempos difíciles, nuestra fortaleza radica en nuestra capacidad de actuar como una unidad indisoluble. No estamos solos en esta lucha; cada uno de nosotros es un pilar que sostiene el edificio de nuestra organización.
Confío plenamente en la energía militante y en la integridad de todos ustedes, para que continuemos en este camino con determinación, porque la justicia y la dignidad de nuestro trabajo dependen de nuestra capacidad para resistir y persistir.
La historia de nuestra organización gremial siempre estuvo marcada por la unión, la justicia social, los valores de confraternidad y de cuidado de todos sus miembros; la gran familia lucifuercista.
El 13 de Julio, simboliza nuestras banderas, nuestros derechos y sobre todo una vocación inquebrantable de justicia, solidaridad y compromiso con nuestros compañeros, con nuestro Sindicato y con nuestra comunidad.
Es un deber para todo lucifuercista, en honor a los que pusieron lo mejor de sí y a los que incluso, dejaron su vida en el camino, mantener esa mística y esa historia pero fundamentalmente, continuar escribiéndola, día a día con la fuerza y el ejemplo de nuestros compañeros, los de ayer, los de hoy y los de siempre.
Desde la unidad en pos de la dignidad del trabajo y de los Trabajadoras/es, cantamos al unísono “Hermanados…como nunca marcharemos y luchemos por la Justicia Social!”.
¡Viva Luz y Fuerza!.
La Comisión Directiva del Sindicato Regional de Luz y Fuerza de la Patagonia