
Reserva Provincial Cabo Vírgenes: naturaleza a pleno con el gran faro como testigo.
Descubrí la inmensidad de estas tierras habitadas por más de 150 mil parejas de pingüinos magallánicos, algunos de los cuales te acompañarán por el sendero que conduce a un gran mirador de ejemplares que podremos observar buscando alimento para sus crías y desfilando hacia sus nidos. Todo muy cerca del faro y sitio donde además comienza la Ruta 40.
Sin lugar a dudas que uno de los sitios más destacados con los que contamos en esta zona austral del país es la Reserva Provincial Cabo Vírgenes: un lugar con muchas opciones para conocer, tanto en lo paisajístico -por su flora y fauna, como también en lo relacionado con lo histórico y cultural.
Ubicada a 134 km de Río Gallegos y con una superficie de 1.230 hectáreas, fue declarada Reserva Provincial en el año 1986, destinada a la preservación y protección de la zona silvestre, sus hábitats y riquezas faunísticas que en ella se encuentran, en especial del pingüino magallánico, como así también conservar el patrimonio intangible.
Allí se dan condiciones muy favorables para el desarrollo y asentamiento de una variada cantidad de especies vegetales y animales. De hecho, más de 100 conviven en la zona, de fauna marina y terrestre entre las que se destaca el cauquén colorado (Monumento Natural Provincial), lobos marinos de un pelo; delfines australes y la posibilidad de avistar ballenas francas australes, toninas overas y las típicas especies patagónicas, zorros, guanacos, petreles y cormoranes, entre otros.
Es posible visitar la reserva todo el año, ya que es aquí donde inicia la mítica Ruta 40 con su Kilómetro 0 y es posible sellar además el Pasaporte Ruta 40 a tan sólo 20 kilómetros, en el casco de la Estancia Monte Dinero, donde además de poder disfrutar de la actividad rural, los interesados pueden pernoctar y disfrutar de sabores típicos de campo, como el cordero al asador.

A metros del cartel “Kilómetro 0”, se encuentra el Faro de Cabo Vírgenes que vigila silencioso las costas alertando a las embarcaciones que atraviesan el Estrecho de Magallanes, y junto a él, se encuentra el museo del mismo nombre, que, a través de sus réplicas, objetos e imágenes, narra las aventuras y desventuras de aquellos intrépidos capitanes que se animaron a navegar por estas aguas: Francis Drake y Hernando de Magallanes, son algunos de ellos.
Asimismo, podrás disfrutar de la pesca deportiva del róbalo o disfrutar un día de picnic.
La observación de pingüinos magallánicos es posible durante los meses de verano, desde octubre a abril, donde además se pueden degustar las exquisiteces de la “Confitería al Fin y al Cabo” envueltos en un paisaje maravilloso.
Junto al vigía de la costa austral, nos encontramos con el Museo de Cabo Vírgenes, que alberga objetos y documentos donde se narran aventuras y desventuras de las primeras expediciones de los navegantes europeos porestas tierras.